Llego a casa de mi madre, seguida de Syra. Ya no están. Mi madre y mi hermano Yassin. Busco por toda la casa destruyendo todo a mi paso. Lo único que encuentro es un papel doblado en la cama de mi madre.
“Juguemos al escondite.
3-2-1, es mi turno. ¿Nos encontrarás, mi querido Caleb?
(Iván Romanov estuvo aquí)”.
Doblo el papel en mis manos con enojo. Iván. Es otro tiro de Iván. Se atrevió a atacar a mi madre ya mi hermano. Aprieto los puños con fuerza, tratando de controlarme para poder pensar mejor.
- Caleb, pregunta a tus hombres si vieron algo. Me dice Syra.
Mis hombres… es verdad. Salgo peligrosamente de la casa y me enfrento a los dos hombres que custodian la casa de mi madre.
- ¿Cuándo fue la última vez que los viste? Les pregunté
Ellos tragan.
- Esta mañana. Me dicen _
- ¡¿Y cómo se las pudo llevar ese perro Iván mientras estabas ahí?! Exclamé.
- Jefe… Dicen vacilantes. Nosotros tampoco sabemos…
Veo rojo. “No sabemos”. ¡Deben saberlo! ¡Es su trabajo! Con rabia, saco mi arma y le