Colton Clinton
Las horas pasaban demasiado lentas cuando Vania no estaba cerca. Si bien amaba mi trabajo, durante los últimos meses mis prioridades se habían establecido y esclarecido. Y una de ellas era Vania. La hermosa mujer que me conquistó con su lengua filosa y su sonrisa suave dirigida a mi hijo.
Ni siquiera sé cuándo terminé tan enamorado de esta mujer, solo sabía que ella era la indicada, la mujer que siempre esperé encontrar para pasar el resto de mis días a su lado.
Ahora la tenía y de mi cuenta corría no perderla.
Mientras escribía unos cuantos correos a socios que merecían una respuesta directa de mi parte escuché disturbios afuera, algo demasiado improbable considerando que solo estábamos Lilian y yo en este piso.
Entonces las puertas de mi oficina se abrieron y la mujer que esperé jamás volver a ver apareció en el marco de la puerta.
Su postura era arrogante, tácita y la sonrisa en sus labios era tanto perturbadora como hermosa.
Y simplemente no supe como reaccionar. Mi