Vania Cooper
Supe que algo andaba mal a la mañana siguiente cuando Colton ya estaba despierto y sentado en la esquina de la cama mientras miraba el amanecer a través de las ventanas con las cortinas corridas.
Me senté despacio al notar lo melancólico que parecía estar y algo en mi pecho se apretujó.
—¿Colton? —llamé en un susurro.
—Buenos días, cariño.
Su voz sonaba espesa y algo ronca, pero no del tipo de ronques sexy que me ponía por las mañanas, sino de ese tipo en el que tienes un nudo atado a tu garganta que no puedes soltar.
—¿Sucede algo? —su mirada se elevó hacia mí y asintió pausadamente.
—Un día como hoy mis padres salieron de mi vida.
La crudeza con la que dijo esas palabras me estremeció y casi por inercia me moví por la cama hasta posicionarme junto a él.
Mis brazos lo envolvieron y lo llevé a mi pecho para que descansara sobre mí, para que de aluna forma compartiera sus penas conmigo.
—Lo siento mucho, cariño —dije sincera.
—Fue en un accidente de auto.
Nunca