Capítulo 167 —La huída
Narrador:
La vibración de la puerta retumbó en la casa. Tres golpes secos. Aylin se sobresaltó.
—Ceniza y acero —escuchó salir de la boca de Santiago, sañia que esa era la señal, así que lo dejó pasar.
Santiago entró primero. Llevaba una chaqueta oscura, el rostro serio y el arma bien visible al costado. Detrás de él, diez hombres ingresaron sin decir palabra, moviéndose como piezas entrenadas de un tablero. Se dispersaron rápido, tomando posiciones estratégicas: ventanas, pasillos, puertas traseras. Uno de ellos corrió escaleras arriba, sin que nadie tuviera que indicarle nada.
—¿Dónde están los demás? —preguntó Santiago mientras recorría con la mirada el lugar.
—Eros está con Sasha arriba. El Diablo sigue en videollamada —respondió Aylin, con la voz tensa.
En ese momento, desde arriba, el hombre apostado en el techo gritó:
—¡Se aproximan! ¡Ya vienen!
Santiago alzó la vista con rapidez.
—¿Cuántos?
—¡Ocho autos! ¡OCHO!
El silencio duró apenas un segundo. Aylin s