Capítulo 40: Triste noticia.
Victoria, totalmente sorprendida, solo se dejó llevar por los besos apasionados y salvajes de Andrés, su cuñado. Así estuvieron, no sé cuánto tiempo, queriendo devorarse el uno al otro, hasta que Victoria fue consciente de lo que estaba sucediendo y decidió apartarlo de ella. Los dos estaban en silencio, llenos de culpa por lo que habían hecho.
—¡Me iré a dormir! Creo que es lo mejor —dijo Victoria con cierto nerviosismo.
—También me iré a dormir.
Los dos salieron de la cocina en silencio y cada quien se fue hasta su habitación pensando en lo ocurrido. Andrés se acostó con cuidado al lado de Brenda mientras ella roncaba a pierna suelta. Se sentía de maravilla, mejor que nunca; en cambio, Victoria daba vueltas pensando en lo que ocurrió. Ella estaba casada con Daniel y se estaba besuqueando con su hermano; esto era de no creer.
Decidió acostarse e intentar dormir un poco, pero le era imposible. Esos besos de Andrés la habían dejado casi sin fuerzas; fueron intensos, apasionados, simpl