**Lyra**
Por un momento me quedé sin palabras.
Tharion… lo había hecho. Había enfrentado a Rondalyn con una firmeza que me desarmó.
No titubeó, no buscó palabras suaves, no se escondió tras protocolos. Simplemente la enfrentó y la expulsó.
Él la conocía bien. Sabía exactamente cómo tratarla, cómo detenerla.
Esa intimidad, aunque fuera para rechazarla, me revolvió por dentro. Pero lo espanté rápido.
No eran celos exactamente… más bien, un eco. Un recordatorio de que todos venimos con cicatrices.
Todos tenemos pasados complicados. Yo lo sabía mejor que nadie.
Lo que sí me dejó sin palabras fue su defensa.
—Ella es mi invitada de honor —había dicho—. Y quien se atreva a molestarla o faltarle el respeto… tendrá que responder ante su rey.
Mis oídos zumbaban con esas palabras. ¿Cuántas veces había deseado algo así en Silverbane? ¿Cuántas veces quise que alguien se pusiera de pie y dijera: “Basta”?
Allí fui invisible, un estorbo. Aquí… muchos bajaron la cabeza en señal de respeto.
Vi c