**Lyra**
—¡No me hables así, mocosa! —espetó. Su rostro estaba transformado, fuera de sí—. ¡No después de todo lo que Mikail ha hecho por ti!
Su grito rebotó en las paredes, agudo, venenoso. Mi pecho subía y bajaba con rapidez.
Sentía las manos temblarme, los dedos cerrándose en puños apretados.
Estaba enojada. No, furiosa hasta los tuétanos. A punto de arrancarle esos cabellos semi grises con la rabia de una loba acorralada.
Tragué saliva. Si respondía, sabía que todo empeoraría. Pero quedarme callada… tampoco era opción.
No esta vez.
—Mikail no ha hecho nada por mí más que hacerme sentir no bienvenida en la manada —solté con voz temblorosa, pero firme—. Él me prometió arreglar nuestra situación, porque él y yo… tenemos una relación. Así que prácticamente es mi suegra, señora. Su hijo me hizo promesas de una vida juntos, aunque usted, su familia o la manada no lo acepte.
Eloise me miró como si acabara de escupirle en la cara.
Sus ojos se abrieron con una furia tan viva que me hiz