**Lyra**
Desperté con una sensación extraña, como si mi cuerpo flotara entre el sueño y la realidad.
Un escalofrío recorrió mi piel mientras intentaba moverme, pero un dolor sordo en mis extremidades me lo dificultaba.
Abrí los ojos con esfuerzo y parpadeé varias veces. El techo de madera oscura se veía borroso al principio, pero poco a poco mis sentidos fueron aclarándose.
Sentía la boca seca y la garganta lacerada, como si hubiera tragado fuego.
Me giré ligeramente y fue entonces cuando noté la ropa que cubría mi cuerpo. No era la misma de ayer.
Mi respiración se agitó. ¿Quién me había cambiado? ¿Dónde estaba? El pánico se deslizó por mi pecho como una garra invisible, apretándome los pulmones.
Intenté recordar… agua fría, una caída… alguien sosteniéndome fuerte…
La ducha.
Alguien me había llevado a la ducha para bajarme la fiebre.
Mi mente aún estaba nublada, pero la sensación de manos firmes y un calor reconfortante en medio del agua helada me hicieron recordar l