**Lyra**
La llegada de Mikail fue como una llamarada en medio de la oscuridad. Como el instante en que el invierno más crudo es interrumpido por un rayo de sol tibio que te envuelve por completo.
Su presencia llenó el aire, y por un segundo, mi corazón olvidó el miedo.
Sus ojos recorrieron la escena: Ava herida, los dos hombres sobre mí.
Lo vi. Vi cómo el hombre desaparecía y en su lugar surgía algo más salvaje, más primitivo.
Mikail parecía fuera de sí, desbordado por una furia que me provocó un escalofrío involuntario.
Uno de ellos intentó hablar, pero ya era demasiado tarde. Mikail fue rápido. Letal.
El primero no tuvo oportunidad de reaccionar, y el segundo apenas pudo gritar antes de ser reducido.
Yo me quedé quieta, paralizada, sintiendo la adrenalina drenarse de mi cuerpo como si cada célula se apagara.
Entonces él me miró. Sus ojos encendidos de furia se encontraron con los míos… y cambiaron.
Como si ver mi cuerpo tembloroso, hecho un ovillo junto a Ava, lo rompiera de