Narrador
—Algo está sucediéndoles a todos… —murmuró Sam, aferrándose a Zack, estaba completamente horrorizada de lo que sus ojos acababan de presenciar.
Jimmy intentó besarla, Seth estaba comportándose de un modo agresivo y ni hablar de Wendy. Zack miró a la pelirroja con incredulidad.
—Todos son extraños, caperucita, siempre lo han sido. —le guiñó un ojo y la llevó del brazo al cuarto donde los dos se cambiarían para el banquete.
—Pero es diferente, es como si fueran malvados. —Sam miró el interior del cuarto, sobre la cama había una caja con un moño blanco, era un obsequio.
Zack entrecerró los ojos con suspicacia y sonrió, entregándole el paquete.
—Es un banquete, debes ir vestida como una princesa, no como una sirvienta. —dijo él, en secreto, había hurtado uno de los vestidos de las modistas. —Sam, todos somos malvados, somos de la manada real. ¿O lo olvidaste?
La malicia brilló en sus ojos y se acercó a ella, pasando su mano por sus hombros y palpando la suavidad de su piel. La ay