Entramos al orfanato y Kael y Erick dejaron las carretas en una esquina del patio. Observé cada movimiento y gesto que hacían: Kael dejó la carreta malhumorado y miraba a Erick con desconfianza y malestar. Erick, en cambio, miraba todo con curiosidad y cierto análisis. Me acerqué a él mientras ignoraba el odio y a esa irritante voz que exigía que le matase.
"Voy a comprobar que todo esté bien" — me dijo Kael mientras notaba cómo se alejaba: podía notar que era su excusa para alejarse de Erick.
— ¿Qué miras con tanta curiosidad? — pregunté haciendo que se sobresaltase. Solté una pequeña risa.
— El edificio. Las casas aquí son muy diferentes de las que he visto hasta ahora. Están mejor construidas.
— Si. La Vieja nos enseñó muchas cosas — dije con el cariño y el dolor en la voz.
— ¿La... Vieja? ¿Quién es? — preguntó desconcertado.
— Quien nos enseñó todo y quien construyó el orfanato. Aunque tuvimos que reconstruirlo después de que la matasen y lo redujesen a cenizas — dije m