Sarah Aunque a Nicolás le pareció divertido mi molestia, tomo asiento sobre el colchon, invitando con pequeñas palmadas a sentarme a su lado. Aunque molesta solo le miraba a traves del reflejo del espejo en el tocador. - Tras la muerte de mi padre y con una guerra inminente, no dude en encarar la mayor amenaza antes de que esta se volviera aun mas fuerte- comenzo a matarme perdido en sus recuerdos. - En aquel entonces no eramos la manada fuerte que vez ahora, por lo que actuamos rápidamente sin darles tiempo siquiera de reaccionar-. Hizo una pequeña pausa organizando sus ideas, -las tropas fuertes de aquella manada, no se encontraban en ella ese día. Su Alpha era un hombre viejo, no pudo contra nosotros y al final falleció a consecuencia de las heridas recibidas. Su unico heredero, tomo a la primera victima que encontró y la ofrecio como ofrenda, solo que ella no era miembro de la manada, era solo una esclava delgada y harapienta, sin el mas minimo deseos vivir. No fue dificil ver
Sarah Era más facil de esa manera- Nicolás buscaba la aprobación en mi mirada mas esta aun era inexpresiva. Suspiro y continuó hablando -Han pasado ya varios años, muchos creían que ella podia llegar a convertirse en Luna, no obstante el tiempo pasaba y yo nunca senti interes romántico o pasional por ella-, pareció tratar de justificar sus actos, y aunque me quedaba claro que no mentía, aquello tal vez se había permitido por mucho tiempo. Hasta que llegaste Tú, Tú cambiaste todo con solo una mirada molesta y retadora, ese espíritu libre e indomable que me cautivo mucho antes de saber que eras mía- Me abrazo por la espalda, aspirando él aroma de mi cabello recien lavado. Pude sentir a Hanna moviendo la cola en mi cabeza, dando de tumbos por el lugar. No me la pusiste facil sabes, no sabia si cortejar, si evitarte, si sonreir, cada vez que trataba de acercarme las cosas parecian ir de mal en peor. En el tema de las relaciones estaba perdido, tan perdido como en ese color caramelo d
Nicolás Verla ahí irritada y saber que estaba así por celos, me hizo sentir el licántropo más afortunado. Si bien, parecía querer matarme aún era Sarah, mi Sarah. Él recordar nuestro primer encuentro, la mejilla maltrecha, su mirada llena de insurgencia, su alma libre. Había tristeza en su alma, dolor en su corazón, quien se hubiera atrevido a lastimarle tanto. No obstante, la ví florecer cual un capullo de flor que se sobrepone a la nieve, la ví emerger cual un Phoenix de entre los pedazos destrozados de su herido corazón. Las palabras salieron de mi boca sin que pudiera o quisiera frenarlas -Hasta que llegaste Tú, Tú cambiaste todo con solo una mirada molesta y retadora, ese espíritu libre e indomable que me cautivo mucho antes de saber que eras mía-, no sabía en que momento Sarah se había robado mi alma, mi mente hasta mi último suspiro. No me la pusiste facil sabes, no sabia si cortejar, si evitarte, si sonreir, cada vez que trataba de acercarme las cosas parecian ir de ma
SarahLa casa de asistencia se había vuelto mi segundo hogar, los cachorros se convirtieron en mi familia, no se igualaba a tener un cachorro propio, pero su amor me era más que suficiente por ahora. James nunca había querido ser padre, siempre me decía que deberíamos pensar en la manada primero, la prosperidad era la meta no la família. años tirados a la basura, suspire pesadamente. La puerta de mi Oficina se abrió de repente y una pequeña de sonrisa brillante asomaba cabeza por mi puerta. Deisy me miraba atenta como si algo de ella tratara de comprender mi expresión. -Vamos por una galletas- se hacerlo y comenzó a tirar de mi manga, por lo que tuve que levantarme del escritorio y seguir la dirección en la que ella me llevaba. Pero nada más llegar a la cocina, mi cabeza comenzó a dar vueltas, el olor de la mantequilla me picada en la nariz, era una sensación bastante extraña, más tomando en cuenta que salvó por el aconito nunca había enfermado en mi vida, pronto la sensación paso
Nicolás-Nicolás- fue casi como un susurro, un pedido de ayuda. - Sarah, ¿Qué pasa?, ¿Qué ocurre?- pero no obtuve respuesta a traves del enlace, me levante bruzacmente lanzando mi silla contra la pared y sali de mi oficina en su busqueda. La casa de acogida no estaba tan lejos, por lo menos no lo suficiente como para que me inpidiera buscarla. Lo haria por todas partes, aunque tardara toda mi vida.-Sarah ¿Dónde estas?-, los pequeños se asustaron en cuanto me vieron, sabia que debia recuperar la compostura. Una pequeña me indico e camino con un dedo, pero no menciono palabras. Tras cruzar la puerta, la vi tendida en el suelo, los recuerdos me inavdieron a pesar de esta vez ser diferente. En silencio me acerque a ella, me arrodille y al tome en brazos, la levante con sumo cuidado en cuanto poso sus brazos alrededor de mi cuello.-¿Que ha pasado?- mi tono era serio, incluso un tanto molesto. Pude ver en su rostro que no lo sabia. - hace un rato me senti mareada, pero al poco tiempo paso
Nicolás La salud de Sarah era lo mas importante, asi como la vida de mi cachorro lo seria. Esperaría un par de dias en lo que reponia fuerzas, pues el viaje no podria esperar. Antes de previsto alcanzariamos a la expedición que ya se encontraba inspeccionando el lugar. Antoine y Diane marcharon primero, su tarea era buscar un lugar seguro en el cual Sarah pudiera asentarse en un campamento asi como buscar una a una todas las cuevas del colmillo nevado. no importaba si estaban vacias debian de señalarlas en un mapa una a una. Si la leyenda era cierta, la entrada solo se revelaria ante nosotrso dos, Sarah y yo, el lobo blanco y el lobo negro. Pasaron casi dos meses en lo que todo estuvo listo para partir. Gabrielle y Michelle vendrian con nosotros, La anterior Luna de la manada, mi madre que vivia apartada de la manada en su retiro autoimpuesto, se encargaria de todo mientras estabamos fuera, a la apariencia parecia vieja pero aun hoy era una mujer letal, en eso Sarah se parecia
Nicolás Estábamos siendo víctimas de un ataque. Un grupo de lobos renegados habían seguido nuestro rastro y nos habían emboscado. Rápidamente cambien mi lugar a su lado por el de Michelle, ella podría defenderla si era necesario, yo me uniría al primer frente. Aquellos lobos parecían víctimas de la locura, el hambre y la desesperación habían hecho mella en su espíritu. A diferencia de los que nos habían atacado, estos se veían enfermos, estaban delgados y por ridículo que sonara llenos de pulgas. Debíamos ser rápidos, precisos no había espacio para errores, una cosa era clara. Serían capaces de cualquier cosa ya que no tenían nada que perder. Nos superaban en número, pero nosotros éramos más fuertes. Poco a poco comenzaron a transformarse, su forma de Lobo también estaba bastante descuidada, - Qué podría llevar a un Lobo a terminar en ese deplorable Estado? - Shadow cuestionaba en mi cabeza, honestamente no podría imaginar que. Un gran Lobo blanco con una enorme cicatriz en u
Yo soy la Luna de esta manada - Le grite con mi voz cargada de irá, de rabia, de decepción y tristeza. - No puedo rechazarla, comprende - Me decía James en tono de súplica, con la mirada clavada en mí y las lágrimas a punto de caer. Que buen actor, pero; su truco ya no funciona. Conocí a James cuando tenía 12 y él 15, en un coto de caza. No cazamos igual que los humanos, no obstante, es algo natural en nosotros. El sentimiento de libertad, la adrenalina de la competencia. Compartimos una presa, y yo aún ilusa quedé fascinada con el guapo hijo del Alpha. Que tonta, era el típico cliché de la huérfana y el niño rico. Nos volvimos más cercanos a medida que paso el tiempo. Nos convertimos en una pareja, esperando ser una pareja destinada. No lo sabríamos hasta que yo tuviera mi espíritu salvaje, mi loba. Pronto James se convirtió en Alpha, cuando sus padres una pareja destinada decidieron que ya era tiempo de disfrutar de sus vidas y que él tomase el control. Después de dos años d