11. Tablero De Traición
Cada jugada era crucial.
Mientras el hombre se alejaba, Darius no podía evitar una leve sonrisa, una expresión que, por un momento, revelaba la satisfacción de saber que, incluso en las condiciones más duras, aún tenía el control. Las cicatrices de sus subordinados, las suyas propias, las marcas de la prisión… todo eso era parte de la estrategia. Cada movimiento, cada decisión, estaba calculada. Porque para Darius, la cárcel no era un fin. Era solo otro tablero. Y él, un jugador imparable.
El viento gélido de la montaña cortaba la piel de Kaya mientras observaba desde su escondite. La neblina de la madrugada se alzaba lentamente, abrazando las cumbres cercanas con una capa gris, mientras el silencio del paisaje montañoso se interrumpía solo por el crujir de las piedras bajo sus botas. Se encontraba apostada en un punto alto, con una vista perfecta de la ruta que conducía hacia la frontera, el lugar donde había acordado entregar el cargamento que había transportado durante días. Había