Juego Perverso

Abril.-

Lo veo alejarse ¿creyó que lloraría? ¡Imbécil! Definitivamente todos son cortados con la misma hojilla, lo único que me lamenta es que sin él, debo enfocar mi ansiedad de otra forma. 

Me apresuro a volver a mi habitación, “el grupo, de fiesteros” no tardarían en llegar, solo tenía tres horas para dormir. 

Elijah esperaba que yo le hiciera un dramita patético, de esos que le han hecho sus putas, él cree que no estoy enterada, no he sido la única que ha pasado por sus sabanas. 

Pero, me juré a mí misma nunca volver a caer ante un hombre. Aunque una parte de mí se siente decepcionada, por el corte de patas tan feo, una parte de mi orgullo quedó herido. 

— No puedes permitirte sentir nada por él, definitivamente ¡NO! –me abofeteo mentalmente, si quiera por pensarlo. 

Cierro mis ojos, esperando que el sueño me invada, pero solo los recuerdos de mi pasado doloroso se repiten como un eco frecuente, insistente. 

Mi mano se posa en mi vientre, mi bebito, nunca supe si tendría niña o niño, recuerdo estar tan ilusionada con ser madre.

— En tres días cumplirías cinco años –siento el picor de las lágrimas acumulándose en mis ojos. 

¿Por qué? ¿Por qué Asher, mi propio hermano fue tan cruel? Asesinó a su propia sangre, porque mi bebé era de su sangre, sin ninguna piedad, sin ningún remordimiento, como si mi bebé no fuera nada. 

Esa herida sigue tan abierta, sus ojos al confesar lo que hizo son como la sal que hace que esa herida arda profundamente. 

“¿Creíste que dejaría que ese niño naciera? Iba a ser la vergüenza de los Ford, dañaría nuestro linaje perfecto” 

Esas palabras tan asquerosas, tan horribles, aun después de cinco años me robaban el aliento, un dolor agudo se había quedado para siempre en mi pecho. 

“Mi pequeño angelito, mi pequeño inocente” no puedo evitar dejar escapar un sollozo ahogado, hundo mi rostro sobre la almohada conteniendo el llanto que me aprisiona la garganta, uno de mis compañeros de cuarto no se había ido con los demás y dormía profundamente. 

El dolor seguía siendo tan intenso, Asher me lo arrebató todo, todo, nunca lo perdonaría por lo que me hizo, ni a él, ni a Finn, ni a Ben, dejó en las manos de un desalmado a su propio hijo. 

Ahora me doy cuenta, que mi bebe nunca le importó, para él era una carga de la que no quería ser el responsable, él también fue el culpable, él también lo mató. 

Sin poder contenerme más, me levanto rápidamente de la cama y salgo corriendo por el pasillo oscuro y desierto, llego al inicio de las escaleras y me derrumbo, dejo salir todo el dolor que me quema, desgarrándome cada fibra, cada órgano, cada capa de mi piel. 

No sé por cuanto tiempo estuve encorvada en el suelo, abrazando mis rodillas y el rostro bañado en lágrimas, mirando hacia la nada, esa herida cada vez que se abría, drenaba todo de mí, mi mente se perdía nublándose por completo. 

— ¿Abril? –una voz casi silenciosa, me obligó a reaccionar–. ¿qué haces aquí? ¿Estás bien? 

Pamela se arrodilló frente a mí, con una preocupación genuina, hace mucho tiempo yo misma me había alejado de cualquier tipo de relación social, no confiaba en nadie solo en mi misma, todos pensaban que era una presumida por mi apellido lo fue el escudo perfecto para protegerme y no volver a ser herida. Pero, Pamela siempre había sido constante, una muy fastidiosa e insistente, pero genuina. 

— No, no lo estoy, pero, tengo que –ella me ayudó a levantarme, eliminé todo rastro de mis lágrimas–. No le cuentes a nadie, que me viste así. 

— No has aprendido a conocerme Abril –comenta con una expresión muy seria y solemne–. nunca me aprovecharía de los momentos débiles de alguien, todos tenemos demonios que queremos ocultar, estar en estos lugares, dedicarnos a esto… la mayoría de las veces solo significa una cosa, escape, vamos tenemos que descansar por lo menos un rato. 

Regresamos al dormitorio en silencio, cada una se tumbó en su cama, nos miramos por un breve momento hasta que mis ojos se cerraron. 

(…) 

Termino de colocarme la horquilla en el moño, mis ojos estaban muy hinchados, no podía soportar que recordar lo más bello de mi vida fuera manchado por las malas acciones de personas que debían amarlo y protegerlo. 

Pero, era otro día, una misión contra una nueva mafia apodada la red escarlata comenzaba a hacer estragos en Europa y Estados Unidos, el operativo sería liderado por mí, así que debía estar perfectamente enfocada. 

Salgo con la cabeza fría, calculando en mi mente toda la operación que debo liderar, enterrando en lo más profundo en un cofre sin llave todo mi pasado. 

— Ten –Pamela me alcanza con una enorme taza de café–. lo necesitas.

— Muchas gracias. 

Me ofrece una sonrisa tímida y se adelanta, tiene el mismo rango que yo, estaba en mi brigada, hasta que el idiota de Maxwell eligió nombrarla líder de la brigada Omega. 

Pamela puede ser… un poco aturdidora, a veces un fastidio, pero es una gran estratega y excelente en el manejo de armas, además es una de las mejores perfiladoras conductuales que tiene la base.

Entramos a la sala, mis ojos no pueden evitar enfocarse en el coronel, un mechón de su cabello negro le cae por la frente haciéndolo ver desgraciadamente sexy ¡Qué maldito! Hago mi saludo formal al igual que Pamela. 

— Descansen –ordena sin apartar sus ojos claros, pero al mismo tiempo que ocultan cierta oscuridad, haciendo que mí estómago se encoja–. Capitana Ford, tiene el espacio libre para marcar las pautas de su operativo. 

— Como ordene mi coronel –al pasar a su lado mis fosas se inundan de su fragancia amaderada mezclada con un ligero aroma de miel, me deja atontada por unos segundos y me obligo a concentrarme–. la operación tango, se realizara justo en el límite de la frontera con Alemania, el objetivo principal es destruir un antiguo almacén ferroviario abandonado cerca de la ciudad de Passau utilizado por la red escarlata para envíos de contrabandos de sustancias ilícitas hacía Bélgica y Holanda, la que más nos preocupa la nueva droga “Spicy” creada en América, de la cual ya conocemos los efectos letales que posee, recuerden no subestimen a estas mujeres, son muy peligrosas, no caigan en ningún engaño, debemos estar atentos.

Siento la mirada penetrante del coronel, estoy segura que le encantaría verme fracasar en esta misión, ha sido un juego perverso de pasión y odio, que hasta ahora no he descubierto. 

Me concentro en trazar y explicar mi estrategia, el mayor Gray y el teniente coronel Foley asienten aceptando mi plan de ataque. 

— Descansen, en veinticuatro horas partimos a la frontera –todos saludamos a nuestros superiores. 

— Permiso para retirarnos, señor. 

Contengo la respiración al pasar junto al coronel, sus dedos rozan los míos, ese leve movimiento, llevo una descarga de mil voltios hacia todo mí cuerpo, dejándome sin aliento, lo ignoro, porque sé que si volteo a mirarlo, voy a delatarme y no voy a caer como idiota después que me terminó. 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP