Capítulo 295

Eryx DeCostello

New York

Pasé a la heladería, a la que siempre íbamos y compré del helado que más le gustaba a mi querida esposa y varios de otros sabores, para los demás, aunque estaba haciendo un poco de frío, nos gustaba comerlo todo el tiempo, no había ningún motivo para no hacerlo.

Llegué a la casa de mi hermana y afortunadamente yo contaba con una copia de la llave de la puerta y así pude entrar sin tener que molestar a nadie, esperaba que mi madre se encontrará todavía aquí, ya que no había visto el auto donde ella se movía siempre.

–Hola, ¿cómo están todos? Les traje un helado para qué calmen su ansiedad, veo que están muy calladas.

Se encontraban las tres sentadas en el comedor, todas en silencio y metidas en sus pensamientos, que estaba que no fueran porque Philip, se hubiera puesto mal de nuevo. Esperaba que no fuera eso.

–Hola mi amor, gracias Eryx, creo que nos conoces muy bien, ya no quise molestarte para que no te desviaras, pero que bueno que nos leíste el pensamiento
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