Eryx DeCostello
Miami
Cuando por fin tuve todo en orden, Ava y yo salimos de la suite y bajamos al lobby y a recepción, para preguntar ahí ¿En dónde quedaba el restaurante exclusivo al que Dante, nos estaba enviando?
–Hola buenas noches. Quisiera saber de este lugar – Saludé y le mostré a la recepcionista la tarjeta que nos dejó Dante con la foto del restaurante – Y si nos pudieran llevar desde aquí.
–Hola buenas noches, señor DeCostello ¿Cierto?
–Sí, señor Eryx DeCostello, para servirle – Respondí.
–Hay una limusina esperando por usted y por su esposa. Saliendo por la puerta principal a mano derecha, el chofer los está esperando para llevarlos al lugar.
–Muchas gracias, señorita. Es usted muy amable.
–Por nada, que disfruten la velada y muchas felicidades por su matrimonio.
–Muchas gracias – Respondimos Ava y yo.
Salimos tomados de la mano del hotel y caminamos a la limusina en la que, ya nos esperaba un chofer, como nos había dicho la recepcionista. El apenas nos vio y abrió la puer