La mirada de Magnus se bajó ligeramente. No estaba equivocado.
Después del accidente automovilístico, sus piernas habían resultado heridas, pero no hasta quedar lisiadas. Lo había fingido deliberadamente: para hacer sentir culpable al anciano, para mostrarle lo que era perder el control.
Era el nieto mayor de la familia Voss. Su padre había muerto joven, atrapado en un asesinato por venganza. Su madre, incapaz de soportar la pérdida, eligió terminar con su vida arrojándose al mar, dejándolo atrás. Devastado, el anciano volcó todas sus esperanzas en Magnus, criándolo con mano de hierro, exigiendo perfección. Y Magnus la entregó, convirtiéndose en el heredero ideal… hasta que apareció Senna.
La madre de Senna había sido divorciada por la familia Thorne por supuesta infidelidad. Una hija nacida de esa mujer no era más que una desgracia a los ojos del anciano. No podía tolerar que arruinara al sucesor que había pasado décadas formando. Y cuando Matthias murió, se encendió la chispa que de