Al ver salir al doctor, todos se acercaron ansiosos.
El doctor se quitó la máscara y negó con la cabeza, con profundo pesar.
—Lamento su pérdida.
Esas dos palabras golpearon a los presentes como un trueno, dejándolos paralizados.
—¿Qué dijiste? ¡No puede ser! —Leonardo dio un paso adelante y agarró al doctor del cuello, exigiendo—. ¡Explícalo!
Luca intervino rápidamente, sujetando la mano de Leonardo.
—Cálmate; suéltalo por ahora. Solo escucha lo que el doctor tiene que decir.
El doctor ya estaba acostumbrado a estas escenas. Entendía sus emociones y explicó:
—El cuchillo perforó el corazón, además de causar heridas en el abdomen y el bazo. Lo siento mucho, pero hicimos todo lo posible.
Al oír esto, Leonardo retrocedió unos pasos como si acabara de recibir una sentencia de muerte.
El doctor miró a todos los presentes y continuó:
—Tal vez quieran despedirse del paciente antes de llevarse el cuerpo a casa.
Leonardo sintió un zumbido en la cabeza. Solo habían pasado unas horas, y la pers