Parecía que estaba haciendo un puchero, con un tono intencionadamente infantil, como si intentara molestarlo.

Para sorpresa de Luca, le resultó un poco entrañable. Sin darse cuenta, las comisuras de su boca se elevaron, mostrando una sonrisa indulgente.

Impulsada por el alcohol, Vanessa notó su sonrisa y de inmediato extendió la mano para pellizcarle la cara, furiosa. —¿De qué te ríes? ¿Te estás burlando de mí?

—¡Ay, no tan fuerte!

Luca no se enfadó. Aunque dolió un poco, solo frunció ligeramente el ceño, manteniendo un tono suave.

Pero Vanessa no parecía satisfecha, murmurando: —Bien merecido. Comparado