Capítulo 380
Mateo asintió, con una expresión de total confianza.

Antes de irse, no se olvidó de despedirse de su hermana. Le acarició la cabeza y dijo con toda seriedad:

—Bueno, hermanita, ya me voy. No me extrañes demasiado.

Lucía, sin embargo, permanecía absorta en su propio mundo, jugando con algo que tenía en las manos sin decir una sola palabra.

Al verla así, el brillo en la mirada de Mateo se atenuó por un instante, pero lo recuperó.

—Listo, mamá, ahora sí me voy. Te encargo mucho a mi hermana.

—Ay, niño, ¿qué cosas dices? Es mi hija, claro que la voy a cuidar.

Al ver su actitud desenfadada, Silvia no pudo evitar sonreír.

Pero detrás de esa sonrisa se ocultaba una gran preocupación.

No se le había escapado el fugaz momento de desánimo de su hijo.

Justo por eso sentía una enorme compasión por él. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había sonreído, desde que ocurrió lo de Lucía?

Mucho después de que su hermano se fue, Lucía levantó la cabeza.

Su mirada se perdió en la lejanía, sin enfocar na
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP