Sofía puso los ojos en blanco.
—¿Y bien? ¿Piensa romper el acuerdo que teníamos?
—¿Eh? —dijo John con falsa sorpresa—. ¿Romperlo? Para nada. Es solo un ajuste normal en los costos. Además, sabes la reputación de LC Corporation en el mercado internacional. Hacer negocios con ustedes ya fue una apuesta muy arriesgada.
Sofía lo dejó hablar, observándolo en silencio.
—¿Y?
—Y por eso, para este proyecto, solo estoy subiendo el precio a un nivel que me parece justo. Es todo.
—¿En serio no le parece ridículo lo que está diciendo? —le respondió ella, incrédula.
Estaba asombrada por su descaro. Había apostado por LC Corporation, convencida de su enorme potencial, y ahora resultaba que la persona a cargo solo se movía por el dinero, dispuesto a cambiar los términos a mitad del camino.
Sin duda, había sido un error de cálculo de su parte.
Al pensar en ello, apretó los puños con fuerza, luchando por contener la rabia que crecía en su interior.
Ver a Sofía enojada, en lugar de preocuparlo, pareció