Esta vez, estaba decidida a descubrir la verdad sobre Alejandro y entender por qué pasaba tanto tiempo en Altamira Desarrollos.
Sofía fue a la cocineta y se preparó una taza de café.
Fue una de esas casualidades que parecen planeadas. Justo al darse la vuelta, vio a un hombre caminando al lado de Alejandro, hablándole a toda prisa.
Él, por su parte, se mantenía indiferente, sin mostrar la más mínima expresión, mientras dejaba que el otro individuo no parara de hablar a su lado.
Al ver esa escena, algo hizo clic en su mente.
Él no estaba ahí para proponer un proyecto, por su actitud, era claro que los demás venían a presentárselos a él.
Pero ¿por qué los empleados de la empresa lo trataban con tanto respeto?
Apretó los labios, una chispa de determinación en su mirada.
Fuera como fuera, hoy mismo iba a aclarar las cosas.
Con esa idea fija en la mente, aceleró el paso para alcanzarlos.
Pero esta vez fue diferente a la anterior, cuando intentó seguirlos y los perdió de vista.
Ahora podía v