Al escucharla, estallaron los aplausos.
Las miradas que le dirigían a Sofía denotaban admiración.
A pesar de su juventud, no solo era elocuente, sino también muy hábil para manejar cualquier situación. Además, era atractiva, eficiente en su trabajo y su personalidad era directa, pero a la vez humilde y generosa.
¿Cómo no iban a querer tratar con alguien así? Era claro que preferían su compañía.
La reunión llegó a su fin. Mientras iba a la zona de descanso por un vaso de agua, vio a un grupo de personas que rodeaba a Alejandro.
Él caminaba en medio de ellos con una expresión indiferente. Vestido con un traje impecable, su cara apenas mostraba emoción alguna, lo que acentuaba su aire indiferente y altivo.
Su expresión se tensó. Acababa de ver a Alejandro, pero había supuesto que solo estaba allí para discutir un proyecto.
Sin embargo, ahora notaba que la actitud de todos hacia él era distinta, se podría decir que era de un respeto excepcional.
Algunos, incluso, parecían temerle.
Dejó el