«Solo me hace recordar que fui una completa idiota.»

Daniel la ignoró y siguió con su discurso:

—Pero todos esos son nuestros recuerdos más bonitos. Todavía me acuerdo de cuando estábamos juntos, la primera vez que te pusiste colorada, lo encantadora que te veías con ese vestido blanco, y lo tranquila y dulce que eras a mi lado… Ay, qué tiempos aquellos, ¿te acuerdas?

Mientras hablaba, no dejaba de observar la cara de Sofía.

Pero ella solo podía pensar que escuchar esas palabras de la boca de este tipo le revolvía el estómago.

Conforme seguía hablando, la impaciencia en la cara de Sofía se hacía más evidente.

Sacó su celular, pensando en pedir un carro para largarse de ahí.

«Seguir discutiendo aquí solo me va a matar neuronas».

Daniel se dio cuenta de lo que hacía Sofía y comprendió que no le había estado prestando nada de atención.

Se sintió como un payaso.

«Con todo lo que él había invertido, ¿por qué esa maldita mujer tenía que ser tan desgraciada?»

La mirada de él se volvió oscura.