136: Gaspar y yo.
Narra Ronett.
—Cuando sea grande no quiero tener un hombre —había dicho yo, con tan solo seis años de edad.
Estaba a esa edad realmente cansada de ver cómo mi madre intentaba tener una relación estable con alguno, y al final del día ninguno era suficiente.
No sabía a quién mamá entrañaba tanto, o el por qué a veces la escuchaba llorar tras pasar un día entero trabajando en sus diseños; no supe nada hasta que ella me llevó a la mansión Baker y vi cómo suspiraba por ese hombre...
El padre del chico que era la sensación del momento.
Así que irremediablemente terminé cayendo a escondidas por Darwin Baker, aunque cabe destacar que por un breve periodo de tiempo; fue hasta que quise hacerme amiga de una de sus amantes para saber de qué forma era en la cama, y conocí a alguien más.
—¿Exactamente qué hacemos aquí? —le pregunté a Jules—. Es verano, hace un calor insoportable. Quiero ir a tomar aire fresco.
No teníamos si quiera veinte minutos de haber llegado al bar de mala vibra y gente. Era