ADRIANO
La sala de reuniones de la mansión olía a café, el mismo aroma que acompaña a las decisiones drásticas. La mesa larga estaba cubierta de papeles, mapas de la propiedad, fotos de seguridad y el sobre con la cartera de uno de los atacantes.. Gael miraba un informe con el ceño fruncido; Enzo, impaciente, dejó la foto sobre la mesa como quien deja una bomba que ya está a punto de explotar.
—Miren —dijo, lanzando la imagen hacia el centro—. Esto es lo único que tenemos por ahora, investigué el alias, y su imagen, pero nada, es un verdadero fantasma, solo sabemos que se dedica al mercado negro de bebés, roba niños y los da a familias ricas con adopciones ilegítimas, el matrimonio viaja y en 6 meses llegan con un bebé como si hubiera nacido en el extranjero.
Valerio se acercó, tomó la fotografía con la calma, sus dedos eran firmes cuando sostuvo la hoja; la luz del despacho dibujó su silueta con dureza.
Yo lo observé. Tenía la misma expresión que la noche anterior, como si llevara una