Le besó con dulzura el dorso de la mano, mirándola intensamente con sus ojos azules y las mejillas de Helen se tiñeron en rosa, un poco avergonzada y más cuando sintió un carraspeo a su espalda proveniente de Henry.
Sacó enseguida su mano de adentro de la mano de George, como si hubiese sido electrocutada, y se giró asustada, para ver la cara de su hermana.
Tenía una ceja levantada como cuando era pequeña y la pillaba haciendo alguna travesura.
Elsa comenzó a ponerse nerviosa, ¡y ya era una mujer hecha y derecha!
“¡Hermana, no es lo que crees!” Parecía gritarle a Eva con la mirada, que solo la examinaba con sarcasmo.
“Así que ya no te interesaba el mentecato de los Carter” Helen casi podía leer en la expresión de Eva.
— Bien, ya que estamos todos, vayamos a la fiesta del aniversario de mi empresa, creo que como el dueño, es lógico que esté presente – Henry aligeró la atmósfera y bajó del brazo con Eva.
Cuando la pelicastaña pasó por al lado de George se detuvo un segundo.
— Vuelves a