Vanessa

Mi mente sigue perdida en una nube, en un espacio vacío del mundo. No siento nada por él, lo sé, y sin embargo… me gusta la manera en que es en el acto sexual. Me domina, me hace sentir cosas que no quiero admitir. Pero hoy… hoy me dejó sorprendida.

Acabamos de terminar y, sin previo aviso, se levantó de la cama, no acabó en mí, simplemente se apartó y caminó hacia el baño. Me quedé inmóvil, mirando el techo elegante de la suite, sintiendo un hueco extraño en el pecho. Suspiré. ¿Qué demonios le pasa?

Escucho el agua correr. Luego lo veo salir del baño, desnudo, con gotas deslizándose por su piel. La luz se refleja en su torso mojado mientras toma la toalla y se seca con calma, como si yo no existiera. Después se coloca un short, una camiseta blanca que huele a su perfume amaderado, se pone tenis y revisa su cartera de cuero.

Frunzo el ceño. ¿A dónde irá a esta hora? La curiosidad me quema, pero mi orgullo es más fuerte. No lo amo, me repito, no lo amo. Que haga lo que quiera.