Lo primero que sintió decir fue “¡¿Qué diablos haces en mi casa?!” Pero lo sabía, sabía porqué Jared estaba allí.
Por Alice.
Para verla a ella.
Sabía que Jared regresaría al país, pero no sabía que ya estaba y menos allí en su casa, justo el día del cumpleaños de Alice.
¿Coincidencia? Ni la más mínima.
Se había levantado muy temprano, para esta vez tener una mejor preparación y que lo que organizara fuera del agrado de ella. Lo había planeado en su mente una y otra vez, no habiendo manera de que las cosas salieran mal.
Pero ahora Jared esta allí.
Eso ya era salir mal.
¿Cómo se sentía al respecto?
Celoso.
C E L O S O.
Aquella era la palabra que abarcaba todo lo que Robert sentía en ese momento acumulado en su pecho y recorrer cada centímetro de su cuerpo por minúsculo que fuera, era lo que sentía al ver a Jared allí, porque sabía que Alice había estado o estaba enamorada de Jared y no solo eso, era él ese hombre, ese nombre, esa persona que siempre estuvo en la mente de su esposa, dejá