VIKTOR
Sus sollozos habían cesado, pero el miedo no abandonó su mirada. Cada palabra rondaba mi cabeza mientras veía a través del ventanal la enorme ciudad. Sabía que su ausencia me destruiría. Era la primera vez que me enamoraba con tanta intensidad de una mujer. La quería a mi lado, quería que me diera una oportunidad más, pero tal vez ya era demasiado tarde.
—¿A dónde irás? ¿Qué harás? —pregunté con temor. Este país no era fácil.
—Regresaré a mis tierras… —respondió en un susurro.
—¿Con qué dinero?
—Encontraré la forma de regresar y