El camino hacia el bosque fue silencioso, Zayn estaba pensativo, con la mirada clavada en la ventana mientras las casas comenzaban a ser menos y los árboles cubrían el horizonte. Al llegar, me siguió de cerca, ayudándome a sortear esos troncos viejos y podridos, así como la nieve profunda.
La puerta de la cabaña estaba abierta y mi corazón dio un vuelco. La chimenea estaba prendida y no parecía que el lugar estuviera abandonado. Rebusqué en la cocina y la habitación principal, pero no encontré nada. Cuando regresé a la pequeña, sala vi a Zayn frente a las viejas fotos, entre sus manos descansaba una donde yo apenas había cumplido nueve años, lucía mis trenzas rubias y ese rostro pecoso, mi padre me cargaba con júbilo.
―Siempre has p