Capítulo 44
Estela subió al avión con la cabeza en alto, los tacones marcando presencia a cada paso por el pasillo de la primera clase. Llevaba un conjunto de diseñador que dejaba claro: ella no era cualquiera. Cuando se acomodó en su asiento, fue atendida de inmediato con su bebida favorita, una copa de champán fría y refinada.
Reclinó el asiento y cruzó las piernas con elegancia, mirando por la ventana mientras el avión rodaba por la pista. No tardó en dejar que sus pensamientos volaran más rápido que la aeronave. Su fantasía recurrente surgió con fuerza, recuerdos de noches intensas junto a Augusto. Él sabía exactamente cómo complacerla y ella, mejor que nadie, cómo dominarlo.
Pero ahora aquello la incomodaba. Porque, en ese momento, él estaba con otra. Patricia.
Estela apretó ligeramente el tallo de la copa sin perder la pose.
— Pero no por mucho tiempo — murmuró para sí misma, con una sonrisa fría y decidida.
Si había algo que sabía hacer muy bien era darle la vuelta al juego. Y