*—Sebastián:
No quería que su madre lo viera cuando estaba tan encolerizado por la discusión con su padre. Temía hablarle mal, pero ya su madre estaba a su lado con su atuendo de noche, por lo cual, no pudo escapar.
Vio como la mujer sonreía y se acercaba rápidamente hacia él. Lo envolvió en sus delgados brazos. Cerró los ojos disfrutando de la sensación de su madre abrazándolo. No entendía cómo era que una mujer tan amable y buena como su madre había terminado casada con el tirano de su padre. No lo entendía.
—Madre… —susurró Sebastián cuando se separaron.
Su madre sonrió y acunó su mejilla libre de barba.
—¿Por qué no me dijiste que venias? —preguntó su madre aun sonriente.
La vista de Sebastián se dirigió hacia la puerta