Sofía inhaló profundamente y sacó todo el aire en un bufido en cuanto leyó el resultado. Una sonrisa se asomó por sus labios y levantó la mirada hacia Adam, que compartía la misma felicidad.
—Es mío —dijo Adam antes de tomar entre sus brazos a Sofía para llenarla de besos—. Nuestro —agregó con una mirada llena de ternura.
—Vamos a los cuneros por nuestro bebé —respondió Sofía tan feliz como él.
La ternura entre ambos llenaba el ambiente de calidez. Incluso sus observadores podían sentirse emocionados y sentimentales solo con estar cerca.
—Adelántense… Yo tengo algo que hacer… —dijo Jimena