Por lo menos ahora tenía el consuelo de que ya no se tenían que esconder de nadie. Esa misma noche le dirían a Liam sobre lo que tenía y quedaría exento de toda culpa. Incluso si a su hijo no le agradaba la idea.
–¡Lían me asustaste! ¿Qué sucede contigo? –Preguntó Emily tocándose el pecho para calmar a su frenético corazón por el susto.–
–¿Es que no te cansas de cagarla Emily? Primero te comportas como una berrinchuda con Henry Hammil y ahora ¿Qué? ¡¿Quieres tirarte a Drew?! –Los ojos de Sofía se abrieron conmocionados. No tenía mucho conocimiento de algunas palabras, pero conocía de sobra las groserías.–
–Pues, para qu