Dos semanas después Emily y Sofía volvían a rondar la empresa Dunhee y caminaban por todos los pasillos.
La diferencia era que esta vez Sofía lucía una barriga de 3 meses de embarazo y Emily todavía usaba ropa ancha que cubriera su operación en la cintura.
–Tengo que ir a ver a Lían, me pidió que almorzaramos juntos ¿Estarás bien?
¡Claro que sí! Ni que fuera una mujer convaleciente –Respondió la morena tratando de aportar algo de chiste a la plática.–
Ambas tomaron rumbos diferentes en el ascensor, cuando Emily bajó en uno de los pisos par y Sofía continuó la subida hasta el de Lían.