6 años después
–Leo, cariño, no vayas al agua sin antes avisarle a alguien, puede pasarte algo malo.
Le advirtió su abuelo mientras metía el equipaje de mano de su ahora esposa Nicolleta Parissi, a la enorme casa de playa que alguna vez escondió a su hija y yerno de los planes crueles de Henry Hammil.
–¡Abuelito! ¡Llévame a la playa!
Pidió el pequeño, Leo Dunhee, quien a sus cinco años apenas era todo un bribón y rompecorazones en el jardín de niños. Quizá por los malos consejos que le daba Emily incentivándolo a conquistar a todas sus compañeras o por la belleza que había heredado de sus padres y