Capítulo 69
Me empujó sobre la cama con fuerza, con esa mirada segura y llena de deseo que me volvió loca desde el primer dia, el también quería sentirme y me lo demostraba.
Su cuerpo cayó sobre el mío, caliente, estaba muy sudoroso, lleno de contradicciones en su mirada, esa que me tocaba hasta el alma, Su boca buscó mis senos con hambre, lamiendo cada centímetro de mi piel como si quisiera tatuarme con su lengua, saboreando su dulce favorito, yo.
—¿Me extrañaste, Mía? —murmuró entre gemidos, atrapando uno de mis pezones entre sus labios.
—Sí… —jadeé, arqueando la espalda—. Extrañé tenerte dentro. Cada maldito día.
Él gruñó, con una mezcla de placer y deseo, Me mordió suavemente el pezón y luego lo lamió con delicadeza, saboreándome como si no pudiera decidir si quería amarme o devorarme.
—Tus pechos me obsesionan —confesó con voz ronca—. Siempre que cerraba los ojos… estaban aquí, en mi boca, en mis manos.
Tomo su masculinidad entre sus dedos, y me la ofreció, con una sonrisa píca