CAPÍTULO 66
Después de salir de la cueva de la bruja, la cabeza me daba vueltas. Su advertencia no era poca cosa: debía cortar el lazo negro, y para hacerlo tenía que estar muy cerca de Gabriela y Xavier. No se trataba de simples palabras, la anciana fue clara, la distancia debía ser mínima, casi al punto de rozarlos. ¿Cómo iba a lograrlo sin levantar sospechas?
Me pasé toda la tarde pensando en una excusa, y lo único que se me ocurrió fue organizar la fiesta de la cosecha.
No era cualquier celebración, sería la primera fiesta grande de la manada Russo y era una tradición en las manadas más grandes.
Aunque ya no formábamos parte de la región Norte, sentía que esta fiesta podía ser nuestro renacimiento, una manera de decir que seguíamos vivos, fuertes, que aún teníamos identidad.
Se lo comenté a Clara. Ella me miró con cierta sorpresa, pero enseguida entendió mi intención. Sabíamos que Gabriela, aunque odiara la idea, no se perdería un evento donde todas las Lunas de los Alfas estaría