Capítulo 8
Todo el esfuerzo de cinco años se había ido al carajo, y Fernando también había desaparecido.

Ricardo me encontró y, casi suplicando, me pidió que dejara de buscarlo.

Luis era un desconfiado de lo peor. Su actitud podría poner en riesgo a otros compañeros infiltrados.

Pero yo no estaba dispuesta a rendirme.

Fernando se había ido, y aunque ya estuviera muerto, ¡tenía que encontrar su cuerpo!

Lo seguí de cerca durante toda una semana hasta que por fin encontré la oportunidad de acercarme a Luis.

Jamás imaginé que eso me llevaría fuera del país.

—Gloria, todo lo que nos has dado ha sido de gran ayuda para nuestra policía. ¡Hiciste un trabajo increíble! —Ricardo hojeaba los informes, con cara de entusiasmo.

Yo solo negué.

En mi mente no había nada más que un único objetivo:

—Encontrar… a Fernando…

—¡No te preocupes! Si sigue vivo, te prometo que pronto lo vamos a encontrar. ¡Por ti, él también va a aguantar!

Durante mi recuperación en el hospital, prácticamente llamaba a Ricardo todos los
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP