CAPÍTULO 26
ARTHUR FERRER
Estás prometido.
Ya estoy aquí desde muy temprano, hoy mismo lo sabrá y no le quedará de otra que aceptar. Estuve en contacto con la familia de su prometida y sé que está de regreso, ya es hora. Igualmente de aquí salgo a resolver un asunto, no voy a dejar espacio a que ellos continúen con su romance.
Emiliano entra sin su saludo habitual cuando me ve, está molesto, lo sé, su cara lo dice todo.
—Ya estoy aquí, ¿qué se te ofrece? —me dice con un tono que no me agrada.
—Puedes bajar tu tono de molestia, que no me agrada, vine porque tengo dos cosas muy importantes que decirte.
—Bien, te escucho. —Y por lo visto no piensa saludar y quiere ir directo al grano, sigo el ritmo sin más preámbulos.
—He visto el documento y me parece un buen negocio con los egipcios. Le doy el visto bueno y tiene mi aprobación, convoca una reunión y hazle saber a los socios cuanto antes para poner en marcha, tanto ellos como los chinos son buenos clientes para el crecimiento de nuestra