La tarde termino con Sara y y su esposo recorriendo la isla, algo que hace mucho no hacían y que ella anhelaba mucho, también algo que extrañaba, ese lugar fue su casa por un buen tiempo y extrañaba lo que lograron conseguir allí.
Llegaron a la gran cascada que lugar tenía, Alan se quitó la ropa, y se lanzó al agua haciendo que Sarah sonriera al verlo actuar como un pequeño niño .
— ven el agua está deliciosa — le dijo Alan a Sarah, pero ella negó rápidamente.
— no, sé que me estás engañando, ese lago jamás fue delicioso.
— no recuerdo eso, ¿o tú ya lo olvidaste? — las mejillas de Sarah se sonrojaron al recordar el de qué estaba hablando.
— dijiste que no mencionarías eso, ¿por qué lo haces ahora ahora? — el sonrió.
— no debe darte vergüenza complacer a tu esposo — ella rodó los ojos al escucharlo hablar así.
— no me da vergüenza, eso es lo que no creo que sea bueno que hablemos de eso en este momento — Alan suspiró y camino de regreso a la orilla.
— puedes hablar con