NARRADORA
— ¿Quieres decir…?
Aaron abrió mucho los ojos mirando hacia el Drakmor que rugía y luchaba contra la magia de hielo y la prisión del pantano.
— ¡Es genial, simplemente genial, creo que puede funcionar!
— ¿Qué rayos me perdí? – Hakon no entendía nada.
— ¡Ya verás, ya verás! – el Druida se fue emocionando a buscar las parejas de mates.
La fusión de hielo y fuego solo funcionaría con las parejas destinadas.
Les explicó con rapidez a las parejas de Centurias y Hombres de Invierno, que enseguida se pusieron manos a la obra.
Disimularon lo mejor que pudieron, enmascarando su objetivo final.
El enorme Drakmor, ya veía la victoria a su alcance, cuando sacara sus garras, se iban a enterar.
No más misericordia, ni juegos.
Había subestimado a estas estúpidas presas y no se imaginaba cuanto.
— ¡¡Ahora Hakon!!
Cedrick le gritó al Alfa del pantano y soltaron las lianas que apresaban las trampas de troncos.
Desde los árboles, alrededor del Drakmor, varios enormes troncos de árboles, com