Cedrick no se lo estaba poniendo muy fácil que digamos.
Después de tanto tiempo intentando aniquilar sus sentimientos por este lobo y cada paso que daba, la llevaba irremediablemente hasta él.
— Quiero quedarme a tu lado, como sea, no me alejes de ti. No voy a traicionarte Raven, no estoy tramando nada, ni siquiera ya me interesa el poder o la gloria, yo tan solo deseo… estar a tu lado – “al lado de nuestro hijo, que seamos una familia”.
— Me dices que no quieres ser mi sombra, entonces yo seré la tuya, mientras estemos juntos, déjame cuidarte la espalda mi Reina, yo Cedrick Walker me rindo a ti, por mi propia voluntad.
El corazón de Raven latía como loco, descontrolado. Sabía que debía negarse rotundamente.
¿Cómo se curaría de su obsesión por Cedrick si lo mantenía a su lado?
Su mente le gritaba que no lo permitiera, que estar tan cerca del amor, solo la haría volver a caer en sus redes.
Sin embargo, como siempre, mandaba su corazón…
— Acepto, acepto que te quedes a mi lado po