NARRADORA
Marco respiraba agitado por el esfuerzo, pero por mucho que su cuerpo protestara y la herida del cuello comenzara a manchar con algo de sangre el vendaje, él no podía perder tiempo, tenía que escapar.
Lo primero que haría el Rey al capturar a Raven, sería querer marcarla para controlarla y por supuesto, siendo él su mate, irían a rematarlo para romper el vínculo de ambos y que todo fuese más sencillo.
Cargó el cuerpo de Verena y lo subió a su cama, tapándola de pie a cabeza con la sábana blanca, fingiendo que era él durmiendo.
Le quitó la amplia capa que ella traía y se la colocó por encima para taparse algo e intentar pasar desapercibido.
Se escabulló con rapidez por una de las ventanas de cristal de la enfermería y miró a su alrededor, con miedo de que en cualquier momento vendrían a buscarlo.
La guardia estaba floja, ya que todos habían sido llamados a defender al Rey de la rebelión.
En medio del caos, logró subirse a una de las carretas que transportaron las provisiones