Capítulo 86: La decisión del Alfa.
Raymond miró a Fort por un largo segundo… Pensativo, inhaló y exhaló.
—Vete —dijo al fin ese Rey Alfa—. Ve a las ruinas. Pero no vayas solo. Llevarás guardias, los que tú elijas. Y si encuentras lo que buscas, vuelves de inmediato.
El ex-jerarca Fort inclinó la cabeza, aceptó la orden sin prisa. Con una sonrisa que fue apenas perceptible.
—Gracias, Alfa —murmuró—. No le fallaré.
Raymond se mantuvo de pie, imponente, un segundo más. Luego giró y se dirigió al gran salón del trono.
Tap~ Tap~ Tap~
Resonaron sus pasos sobre el suelo de madera pulida, Fort lo siguió, en silencio.
………
El gran salón era inmenso. Con los elegantes candelabros y las farolas de pared iluminando la estancia.
Las bancas largas y elegantes a ambos lados estaban ocupadas por los miembros del consejo, hombres y mujeres lobos con rostros duros, con miradas calculadoras, frías, o llenas de preocupación por la situación que vivía la manada.
Cuando el Rey Alfa ingresó, todos se pusieron de pie, expectantes.