CAPÍTULO 13
Matthew subió a la habitación, Su cuerpo pedía descanso, pero su mente no encontraba paz.
La larga conversación con Agustín lo había dejado agotado, pero no tanto como las dudas que lo consumían.
Al entrar, Catalina se movió en la cama, sintiendo su presencia. Medio dormida, se giró instintivamente en busca del calor protector del Alfa, ese que siempre la reconfortaba.
Pero cuando intentó abrazarlo, Matthew se apartó.
Su cuerpo se tensó bajo su tacto.
Catalina abrió los ojos de inmediato.
—¿Pasa algo? —murmuró con voz adormilada—. Pensé que me extrañarías.
Siempre que él regresaba después del celo, su instinto protector hacia ella se intensificaba. No la amaba, pero siempre la abrazaba demostrando que su pacto estaba intacto.
Esta vez… algo era diferente.
Matthew desvió la mirada.
—Solo estoy cansado. Sabes que el celo me debilita.
Su tono fue seco, frío y distante.
Catalina lo observó mientras él se ponía la pijama, algo había cambiado a Matthew.
El Alfa se acostó boca a