Capítulo 40
Los ojos acusadores de Larios se pasaron en un Mike asustadizo y lleno de miedo, el beta abrió los ojos
—Mi señor, déjeme explicar
—¡¿Es verdad?! —Larios aún incrédulo le hace la pregunta mientras lo mira con los ojos llenos de rabia.
Mike que sabe de su error, suspira y admite que el contacto al lobo.
—Vete de mi manada Vicente, no dejaré que debilites mi manada con tu cizaña.
El lobo gruñe
—Me voy con mi destinada, no me iré con las manos vacías, Amelia se irá conmigo.
—¡Ella no te ama! Su corazón eligió a alguien más.
Cuando Vicente escucha esto, aprieta su puño con fuerza, lastimando su mano, la idea que siempre temió, se materializa como una realidad.
—Dejame hablar con ella, ¡Quiero a Amelia!
Larios chasquea los dedos, ordena a sus guardias, que son re conocidos por ser los guerreros más rudos y fuertes que saquen a Vicente de allí.
El lobo decide irse por su propia cuenta, Pero le aclara al lobo que el nunca le perdonará está ofensa
—Si tengo que romper los tratado