Capítulo 57—Sigue caminando, Amelia —le pidió Matthew, su voz era apenas un susurro contra el ruido de la lluvia.Pero ella no pudo moverse.Sus pies estaban clavados al suelo mojado, su respiración acelerada y sus ojos fijos en la silueta femenina que se acercaba con un vestido rojo como el pecado. No era solo la ropa, ni la sonrisa altiva. Era la energía. La presencia. Algo en esa mujer le heló la sangre.—¿Quién es ella? —preguntó, sin apartar la mirada, aunque lo que realmente necesitaba era la verdad que se escondía en los ojos de Matthew.Y la encontró, miedo, el Alfa estaba aterrado y confundido ¿Quien era ella?Esa mirada perdida, esa sombra en la mirada de su Mate que ella conocía tan bien, solo significaba que un nuevo peligro los rodeaba.Greta llegó hasta ella con seguridad sin tener que pedir permiso para irrumpir dónde no fue invitada, Le dio un beso en la mejilla a Amelia, y su contacto fue tan frío que pareció lastimarla.—¿Quien eres? —Amelia le pregunto directamente
Capítulo 58El caos estalló como una bomba en la fiesta. La gente corría en todas direcciones, tropezando unos con otros, buscando refugio, mientras los guardias se movían rápido, formando un cerco cada vez más cerrado.—Deja a mi hermana —suplicó Matthew, alzando una mano, su voz ss sentía desesperada, preocupada por la locura del lobo.Vicente lo miró, los ojos tenían una llama de fuego provocada por la rabia.—¿Tu hermana? —soltó, con una risa amarga—. No lo sabía... Pero qué bien que lo sea, así entiendes lo que se siente perder lo que amas.Amelia dio un paso al frente, su pecho aún no se recuperaba del dolor que sintió, Pero se acercó desesperada al ver a Ximena llorando, temblando de miedo y confusión. Ella no había hecho nada malo, solo había venido a la manada para estar con su hermano, para apoyarlo el día de su boda.—Me iré contigo —dijo Amelia con voz firme intentando controlar la situación—. Pero déjala.Vicente alzó la mano, pidiéndole que se acercara. Pero Matthew ins
Capítulo 59Los ojos de Noel no se detenían.Escaneaban cada rincón de la casa, como si esperaran que, de un momento a otro, ella apareciera entre las sombras. Podía sentirla, como un susurro en el aire, olfateaba esa esencia que lo obsesionaba. La loba que lo había salvado estaba cerca, lo presentía.Había logrado entrar. Ahora solo le quedaba esperar.—¿Cómo te sientes? —La voz de Matthew lo trajo de vuelta. Sonreía, aunque su mirada estaba cargaba de cansancio.—Mejor… creo —respondió Noel mientras se acomodaba con algo de torpeza en la cama—. ¿Y ella?—Recuperándose —Matthew dio un paso al frente y le extendió la mano—. Gracias, de verdad. Mi esposa pudo haber muerto.Noel entrecerró los ojos con una sonrisa discreta.—Solo estuve en el lugar y momento justos. Nada heroico.Matthew parecía del todo convencido con esa humildad improvisada. Su tono cambió, necesita hablar con sinceridad.—Amelia es una loba blanca, y necesito que eso quede entre nosotros. Si otras manadas se enter
Capítulo 60Susana no necesitaba cerrar los ojos para recordar el pasado, La enfermedad del Alfa estaba tatuada en su memoria. Había estado ahí, cuidándolo, viendo cómo la vida se le escapaba en silencio.El Alfa nunca quiso verse débil, le prohibió que su hijo o algún miembro del consejo se enterara de su enfermedad, su orgullo dominante no le permitía desfallecer.Primero fueron los ataques, cada vez más seguidos, iguales a los de Amelia, dejándo sin ganas de vivir. Golpes de dolor que lo dejaban sin aliento y que, poco a poco, lo fueron consumiendo hasta debilitarlo.Luego, los vómitos. Nada le sentaba bien. Lo que comía, lo devolvía. El cuerpo le rechazaba hasta el agua.Y después... la debilidad. Las pesadillas. El dolor constante. Una sombra oscura que se aferraba a él y lo arrastraba.—¿Por qué nunca me dijiste nada? —la voz de Matthew temblaba—. Tenía derecho a saber que mi padre sufrió así.Los ojos de Matthew se abrieron, horrorizados. Se sentía un hijo ausente, ciego ante
Capítulo 61 Noel ató a Greta con firmeza, cuidando cada nudo para que no escapara de su plan, ella era demasiada peligrosa para andar suelta.Sabía que ella no era una loba común. Había algo en su poder que lo atraía, algo que quizá podría ayudarlo a cumplir sus propios objetivos, aunque estos avanzaran más lento de lo que quisiera.Con Cecilia e Iris solo tenía dos lobas comunes, Greta era diferente.—No necesito aliados. Siempre consigo lo que quiero — rugió Greta, con esa arrogancia tan suya, con el orgullo latiéndole en la voz.La loba no agachó en ningún momento la mirada, siempre fija a los ojos de Noel.Nunca había aprendido a perder. Por eso, lo de Matthew la desbordaba. La rechazó. La dejó. Y para Greta, ser ignorada por quien una vez la deseó era simplemente inadmisible.Además le hervia la sangre, saber que por Amelia si fue capaz de dejar la manada, y por ella no, que el amor que el sentia por Amelia era más fuerte que el deseo que los unió.—Tu estrategia no funcionó —
Capítulo 62La recuperación de Amelia fue casi mágica. No solo volvió a caminar con firmeza, sino que su loba, Lyra, también despertó en ella con más fuerza que nunca. Después de todo el caos, la vida le devolvía una chispa de esperanza.Durante el último chequeo médico, recibieron la noticia: Amelia estaba embarazada otra vez. Un nuevo latido, una nueva oportunidad. Ese bebé no solo era una ilusión, era un lazo que los unía aún más.Noel observaba en silencio. Su sonrisa era una máscara, una débil cortina que intentaba esconder lo que realmente sentía. Porque mientras ellos celebraban, a él lo consumía la impotencia. Amelia jamás sería suya. Y fingir alegría por su “rival” le rompía algo por dentro.—¿Estás bien? —preguntó Ximena con dulzura, acariciándole la mejilla.Sus labios se rozaron en un beso tímido, lleno de esa ilusión que solo da el primer amor. Sus ojos hablaban por ella.Noel se sentía incomodo con las muestras de afecto de la joven, pero fingia con maestría como lo ha
Capítulo 63 Ximena abrió los ojos sintiendo cómo el peso de la propuesta de Noel le oprimía el pecho.Estaba nerviosa, con el corazón latiéndole a mil. Aquel plan de Noel no era cualquier cosa, implicaba entregarle todo: cuerpo, alma y su futuro, era ir en contra de todo lo que le habían enseñado.—Tengo miedo —susurró en voz baja tímida y nerviosa —. Solo quiero estar con el lobo que amo, pero soñaba con hacer las cosas bien. Casarme aún siendo pura.Sus ojos se notaba cargados por las dudas. Tenía el alma dividida entre sus creencias y ese amor que la arrastraba sin remedio.Noel bajó la mirada, fingiendo que el arrepentimiento lo atravesaba. Sus hombros se fundieron y dejo escapar un gruñido contenido, intentando parecer herido.—Perdoname —murmuró, tomandole las manos con suavidad—. No debería haberte puesto en esta situación, pero estoy desesperado. Tus hermanos no quieren que me case contigo.Acercó su rostro al de ella y la besó con suavidad, fingiendo que temia perderla en cu
Capítulo 1En el mercado de esclavas Omegas, en medio del calor y el sudor, las jaulas con las lobas más diversas, se preparan para ser elegidas por un nuevo dueño.Entre el sonido chillante de las cadenas, los rostros sin esperanza, con paso firme, un lobo de cabello castaño, una mirada tan fría como el hielo y un par de cejas pobladas, se acerca con la fuerza que emana un huracán.El Alfa Mathew Russo, camina en medio del tétrico paisaje, ojeando a un grupo de lobas encerradas en jaulas puestas a la disposición de los compradores.Ante su presencia, que impone fuerza los demás compradores se apartan agachando la cabeza, incapaces de retar al poderoso lobo.Con su mirada fría y calculadora, observa las jaulas, buscando a su próxima propiedad.Se detiene frente a una de ellas al escuchar un gruñido, gira y se encuentra con la mirada firme de una loba que parece desafiarlo con un par de ojos verdes como esmeraldas.La loba de cabello negro como el azabache, enmarañado y sucio, lo mir