La ceremonia fue muy hermosa y una vez terminó Irina y Saúl pudieron respirar en paz y disfrutar de la fiesta como era debido.
—Muchas felicidades, ahora eres una mujer casada — le dijo Luciana a su amiga mientras la abrazaba, realmente se sentía muy feliz por ella. Y por ese amor que había nacido hacía seis años atrás.
Irina estaba realmente feliz, luego de que todos saludaran a los recién casados pasaron por fin a la celebración.
Luciana y Camille habían ido por unos cócteles cuando se toparon con Andrés.
—Hola — saludó Luciana con simpatía, aún no se acostumbrada a el extraordinario color de ojos de ese hombre, era un azul precioso, en realidad Andrés era un hombre muy apuesto, pero ella ya tenía dueño, uno que la tenía completamente enamorada y para ella no había nadie tan guapo como su Santiago.
—Luciana, estás realmente hermosa — dijo mirándola de pies a cabeza.
—Gracias, tú también te ves muy bien. — Emily llegó corriendo hacía ellas.
—Mami, necesito ir al baño — dijo la